Mito corto del Otoroshi
El Otoroshi es un yôkai del cual no se sabe mucho, pero el misterio que lo envuelve lo hace una criatura digna de mencionar. Su nombre proviene de la palabra “osoroshii“, que significa “miedo“, según el lenguaje de la región donde se difunden los
mitos cortos que lo mencionan.
Es descrito como un ser cubierto de bello, encorvado, con garras y colmillos que camina a gatas, su larga cabellera le cubre casi todo el cuerpo y lo que deja ver entre ella, muestra el terrible aspecto que le dan sus rasgos y la tonalidad naranja o azulada de su piel.
La criatura se dedica a vigilar los templos, ubicándose sobre el torii (las grandes puertas de madera que separan el mundo físico del espiritual), ahí esperan pacientes, alimentándose de animales salvajes, como palomas, gorriones y ratones, de cuando en cuando puede saltar encima de algún humano y devorarlo en un solo instante, pero esto no lo vuelve realmente peligroso, ya que en realidad, el solo salta sobre aquellas personas de corazón corrompido, cuyos actos los vuelven impuros y malvados, por lo que no merecen entrar en los lugares sagrados.
Debido a lo que implica su trabajo en los templos, su figura ha sido utilizada para asustar a los niños que se portan mal, y en esta faceta fue bautizado con otros nombres como: Odoro-Odoro o Odoro-GAMI, un ser demoniaco que vigila desde las alturas a todos aquellos que comentan imprudencias o desobedezcan a los padres, un acto de este tipo provoca la ira del espíritu, y este salta sobre el infractor para devorarlo por completo.
Al parecer el miedo a ser devorado por un aterrador espíritu peludo es motivación suficiente para que muchos se porten bien, y la tarea que realiza en los santuarios también resulta muy útil, pues no deja que malas energías entren a corromper la armonía de un lugar tan sagrado.